La Medicina Biorreguladora es un modelo médico que se basa en la facilitación de los procesos de autorregulación del organismo mediante compuestos de origen natural.
Los principios activos son, utilizados en microdosis, muy bien tolerados y carecen de efectos secundarios y de interacciones con otros medicamentos. Promueven los procesos de desintoxicación, estimulan una respuesta inmunológica adecuada y fortalecen el funcionamiento de órganos y sistemas específicos.
Con los avances en inmunología se ha comprobado que parte del efecto terapéutico de estos medicamentos se ejerce directamente a nivel del sistema inmunológico. Las células del sistema inmune captan las moléculas del medicamento biorregulador y son ellas mismas las que generan una respuesta beneficiosa para el organismo.
El propósito es movilizar de manera fisiológica los mecanismos del cuerpo para favorecer la curación.
El tratamiento biorregulador es mucho más equilibrado y natural porque es nuestra propia BIOlogía quien REGULA el disbalance que ha alterado la fisiología interna.
Los Medicamentos Biorreguladores actúan fortaleciendo los diferentes sistemas del cuerpo y para que puedan eliminar sustancias nocivas. En este proceso también se mejora el drenaje de los órganos.
Este drenaje y detoxificación es el primer paso para restablecer el equilibrio fisiológico interno y para potenciar los propios mecanismos curativos que tiene nuestra naturaleza.
Conviene tener en cuenta que la resolución de la situación se hace de manera más lenta que con los medicamentos convencionales. Se respetan los tiempos naturales del organismo y siempre va a depender del tiempo de evolución de la enfermedad. En situaciones que llevan instauradas muchos meses o años, la resolución del proceso toma tiempo y este es proporcional a la instalación de los síntomas. En términos generales, por cada 6 meses de síntoma, el cuerpo necesita al menos 1 mes para revertirlo.
En definitiva, la Medicina Biorreguladora es una gran herramienta, ya sea como tratamiento único o complementario. Enfermedades agudas como infecciones, o crónicas como alteraciones metabólicas, cardiovasculares y/o enfermedades degenerativas, pueden ser tratadas desde este enfoque biológico e integrativo de la salud.